Pues aquí les traigo una de mis recetas favoritas, una lasaña vegetal muy ligera, sin salsa ni bechamel, vegana, si prescindimos del queso, y deliciosa.
Esta receta está sacada del libro de "Cocina sin gluten", pero como suele pasar, yo pongo la versión adaptada por mí. Como casi cada receta de thermomix, muy facilmente adaptable a una cocina tradicional.
Ingedientes (para 4 personas):
12 placas de lasaña
50 gr de parmesano y 50 gr de emmental (opcional)
400 gr de calabaza
250 gr de calabacín
200 gr de cebolla
200 gr de pimiento rojo
200 gr de pimiento verde
60 gr de aceite de oliva
Sal
4-5 ojas de albahaca
Si vamos a usar el queso, lo primero de todo será rallarlo en la thermomix, 1m/ vel. progresiva 5-10 (o bien comprarlo rallado). Sacar del vaso y reservar.
Corta la calabaza y el calabacín en lonchas finas.
Ponemos la calabaza y el calabacim ya en lonchas en el recipiente varoma. Reservamos.
Ponemos la cebolla y los pimientos en el vaso. Picamos 3 seg/ vel 4. Añadimos 30 gr de aceite y la sal (puedes condimentar también con hierbas
aromáticas, yo suelo poner laurel y tomillo). Programamos 10 min/
tª Varoma/ giro a la izq/ vel cuchara y ponemos el recipiente varoma sobre el
vaso. Si no tienes tmx, lo que tienes que hacer es un refrito de toda la vida. La calabaza y el calabacín en una vaporera, o bien cocerlos en agua con sal, si no tienes.
Mientras tanto, cocina las placas de lasaña. Para esta receta no recomiendo usar de las instantaneas, porque al no llevar ni salsa de tomate, ni bechamel, la pasta no tendrá ningún líquido para cocinarse en el horno, y se quedará duras. Una vez hecho el refrito, llega el momento de montar la lasaña. Pon una base de placas de lasaña en una fuente, y encima el refrito de cebolla y pimiento.
Una nueva capa de pasta, y sobre ella la calabaza y el calabacín al vapor. Condimenta con pimienta negra y sal.Por ultimo, sobre la tercera capa de lasaña, pones el queso rallado. Lo metes unos minutos en el horno, para que gratine.
Mientas la lasaña está en el horno, coge las hojas de albahaca y pícalas muy finitas, o machácalas en un mortero. Añade los otros 30 gr de aceite y un poco de sal y deja macerar unos minutos. Cuando saques la lasaña del horno, riégala con este aceite de albahaca.
Y ya está. Es una lasaña riquísima, muy, muy sabrona a pesar de no tener salsa, y considerablemte más ligera. ¿A qué esperas para probarla?