Hoy les traigo una recetita súper fácil y súper buena, y para colmo completamente vegana, definitivamente, las mejores galletas que me he comido en mi vida (salvando las de la franquicia inglesa Ben's cookies, que son un delito).
La receta la saqué del blog Con botas de agua, pero como es habitual en mí, la he tuneado un poco con ayuda de mi Onee-chan. Esta receta va para Noelia, que sé que la va a disfrutar.
250 gr de copos de avena
100 gr de harina integral
100 azúcar moreno
Semillas de sésamo
Frutos secos picados (opcional)
Canela
Nuez moscada
1/2 cd levadura química
150 ml aceite
Agua
Chocolate negro derretido al baño María o en la Tmx (opcional)
Preparación
Mientras precalientas el horno a 200º, ve mezclando los ingredientes secos de la receta. En cuanto a la harina, se puede hacer con harina integral de trigo, pero también con harina blanca. Con harina de centeno integral se quedan especialmente crujientes, y si la haces con harina de garbanzo, la masa resultante será mas manejable. Como ves, la elección es tuya.
Luego añade el aceite de oliva y mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien impregnados.
Añade agua hasta que obtengas una masa lo suficientemente consistente, pero que será algo pegajosa. Si te pasas con el agua, siempre puedes añadir un poco más de harina.
En la bandeja del horno, sobre algo de papel vegetal, pon una bolita de masa y aplástala para darle forma de galleta. La masa es pegajosa, así que aconsejo manejarla con las manos o con utensilios húmedos.
Yo suelo usar un molde para darles forma, pero no es necesario.
Con esta cantidad te saldrán unas 40 galletas, dependiendo de lo grandes que las hagas. También he descubierto que mientras más finas sean, más crujientes y sabrosas quedarán.
Hornea durante unos 15 minutos (dependiendo del horno, puede ser más o menos), el momento para sacarlas es cuando estén doradas y los bordes se oscurezcan un poco. Aunque las veas blandas, no caigas en la tentación de dejarlas más tiempo en el horno, se endurecerán cuando las dejes enfriar en la rejilla.
Si eres goloso, puedes hacer con la misma receta unas galletas muy especiales. Derrite un poco de chocolate negro y cubre el dorso de cada galleta con una cucharadita de chocolate, una vez que estas hayan enfriado y endurecido. Déjalas en la nevera un rato para que el chocolate se solidifique.